Conciencia y Consciencia

DISTINCIÓN CONCIENCIA Y CONSCIENCIA

La distinción entre conciencia y consciencia es algo que en el mundo de la energía y la espiritualidad es fundamental.

A lo largo de los años, explorando y practicando diferentes disciplinas energéticas y espirituales como el Reiki, el Feng Shui, el I Ching y otras terapias holísticas, me he encontrado con un tema que, aunque parece sutil, es fundamental para el crecimiento personal y la práctica energética: la diferencia entre conciencia y consciencia. No es solo una cuestión semántica, es una distinción que transforma por completo cómo experimentamos la energía y nuestra conexión con el mundo.

En mi experiencia, la conciencia es ese darse cuenta, la capacidad de observar y analizar lo que ocurre dentro y fuera de nosotros. Es la parte racional, el «me doy cuenta de esto». Por ejemplo, en Feng Shui, cuando evalúo un espacio, tomo conciencia de cómo la disposición de los objetos, los colores y la iluminación afectan el flujo energético y, por lo tanto, el bienestar de quienes habitan allí.

Por otro lado, la consciencia es algo más profundo. Es un estado expandido del ser, una percepción que va más allá de lo racional. En Reiki, por ejemplo, la consciencia surge cuando dejo de analizar y me permito sentir el flujo de energía que pasa a través de mis manos. Es como abrir una puerta a una sabiduría más grande, una comprensión que no necesita palabras.

En las tradiciones orientales como el Taoísmo y el Budismo, he aprendido que la conciencia se asocia con la atención enfocada y la autoobservación, mientras que la consciencia se conecta con una percepción más global, una integración del individuo con el Todo. Esta misma distinción la he encontrado en la filosofía védica, donde se habla de alcanzar estados de consciencia que permiten reconocer nuestra verdadera naturaleza más allá de la mente.

El I Ching, en particular, ha sido una guía poderosa para comprender este equilibrio. Al consultar el oráculo, no se trata solo de interpretar los hexagramas de manera lógica (conciencia), sino de abrirme a sentir el mensaje que trasciende las palabras (consciencia). He visto cómo esta apertura permite que el I Ching se convierta en un espejo vivo que refleja no solo lo que sabemos, sino lo que necesitamos comprender desde un nivel más profundo.

En resumen, la conciencia es el primer paso: reconocer lo que está ocurriendo. Pero es la consciencia la que nos permite ir más allá de esa comprensión inicial y experimentar una transformación genuina. Y esto lo he visto una y otra vez en mi práctica: cuando alguien toma conciencia de un bloqueo energético, está comenzando el camino, pero es al abrirse a la consciencia cuando realmente se libera y transforma.

Ejercicios para conectar conciencia y consciencia

  1. Escaneo corporal con atención plena: Cada día, dedico unos minutos a recorrer mentalmente mi cuerpo. Observo tensiones o emociones que emergen (conciencia), pero después simplemente respiro y me permito sentir esas sensaciones sin juzgar ni analizar (consciencia).
  2. Chequeo energético de tu casa: Me gusta recorrer mi hogar prestando atención a cómo me siento en cada espacio. Identifico áreas que generan bienestar y otras que me resultan pesadas (conciencia). Luego, me detengo, cierro los ojos y siento la energía más allá de lo visible (consciencia). Es impresionante cómo pequeños ajustes pueden cambiar por completo el ambiente.
  3. Escribir desde el corazón: Mantengo un diario donde anoto mis pensamientos y emociones de forma libre. Al releer, puedo analizar patrones y comprender situaciones (conciencia). Pero también permito que las palabras me hablen más allá de lo que escribí, dejando que emerjan intuiciones más profundas (consciencia).
  4. Reiki y respiración consciente: En mis sesiones de Reiki, siempre empiezo colocando las manos en diferentes partes del cuerpo, observando las áreas donde siento más calor o frío (conciencia). Pero luego me entrego a la experiencia, dejando que la energía fluya sin tratar de entenderla, simplemente sintiéndola (consciencia).
  5. Consulta del I Ching con presencia: Antes de lanzar las monedas o las varillas, me tomo un momento para centrarme y abrir mi mente. Cuando llega la respuesta, primero la leo desde una perspectiva racional (conciencia), pero después me permito sentir el mensaje más allá de las palabras, dejando que resuene en mi interior (consciencia).

A lo largo de mi camino, he aprendido que integrar conciencia y consciencia no solo enriquece la práctica energética, sino que también transforma la manera en que vivimos. No basta con darnos cuenta de las cosas; necesitamos abrirnos a experimentarlas plenamente.

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